¿Qué
es la democracia?
A raíz de la tan
mencionada Revocatoria a la alcaldesa de Lima, doña Susana Villarán, se escucha
muy a menudo que dicha consulta popular no es democrática, que afecta el
derecho de quienes votaron por la señora Villarán; otro sector, por ejemplo,
señalan que si la ley ampara el pedido de Revocatoria entonces no es un abuso,
y que muy por el contrario es un claro ejemplo de democracia puesta en práctica.
Una tarde de domingo,
reunidos en casa de una tía, salió el tema a flote, y como dije anteriormente,
unos a favor y otros en contra. Los que estaban a favor argüían que no es
democrático revocar a una autoridad cuando el pueblo así lo ha escogido, y
otros decían que muy al contrario, sí es democrático remover de su puesto al
funcionario público que uno ha elegido, siempre y cuando se dé dentro de los
márgenes de la ley. Bueno pues, así las cosas, cuándo me consultaran sobre el
tema, yo, disculpándome, les respondí con una pregunta, ¿Qué es para ustedes la
democracia?
Hubo un silencio incomodo;
silencio que se rompió cuando uno de los presentes dijo: “Es el derecho de
elegir y ser elegido”, y ciertamente lo es. Otro comentó: “Es cuando, ante una
elección, gana el que más votos tenga a su favor”, y de cierta forma, también
lo es.
Pero ninguno respondió
mi pregunta ¿Qué es la democracia? Las respuestas dadas fueron aceptables, sí,
pero yo no les pregunté cómo se pone en práctica de la democracia, ni tampoco
les dije que me dieran ejemplos de cómo se ejecuta la democracia. En cuyo caso,
las respuestas serían las más acertadas.
La palabra democracia
la escuchamos más cuando nos encontramos en tiempos de elecciones; así pues,
cuando el expresidente Alejandro Toledo candidateaba a la presidencia, decía:
“Yo soy un cholo y fiel respetuoso de la democracia”; otros decían “Somos
un país democrático”, “Soy fiel partidario de la democracia”, “En aras de la
democracia no podemos permitir tal o cual cosa”.
Pero… ¿Sabemos en
verdad lo qué significa la democracia? ¿Sabemos cuáles son las condiciones
necesarias para hacerla posible? ¿De qué manera puede funcionar un proceso que
lleva millones de electores a dotarse de unas cuantas decenas de
representantes? ¿Existen distintas “gradaciones” de democracia?
A estas interrogantes, y
con la ayuda del maestro Giovanni Sartori, trataremos de darle respuesta con la
finalidad de tener un mayor y mejor conocimiento de lo que conlleva en sí mismo
la palabra Democracia.
Espero nos acompañen.
Gracias.
CAPITULO I.- Demos y
populus:
Empecemos por definir
la palabra “democracia”. Es importante definirla-para saber lo que quiere
decir- para establecer qué pretendemos o nos esperamos de la democracia. Pero
atención, tengan mucho cuidado, porque es un discurso plagado de celadas. La
primera de ellas es la terminología: discutir sobre la palabra ignorando la
cosa. Empecemos pues por la palabra, y de la cosa hablaremos luego.
La palabra griega “demokratia” se compone de demos, que quiere decir pueblo, y de kratos, que quiere decir “poder”. Por lo
tanto, traducida al castellano, significa “poder del pueblo”. Si es así, las
democracias “tienen que ser” lo que dice la palabra: sistemas y regímenes
políticos donde el pueblo es el que manda.
Bien, ¡bravo! Todo
listo, todo resuelto, ¿no?
No. Ya que si esa es la
definición, cabría entonces preguntarnos ¿Quién es el pueblo? Y después, ¿Cómo
se atribuye el poder al pueblo? ¿Cómo hay que hacer?
Entre los siglos V y IV
a.C., el término demos tuvo todo tipo
de interpretaciones. Para los griegos, a la palabra se le podía asignar cuatro
significados:
1. Plethos,
es decir, el plenum¸ el cuerpo de los
ciudadanos en su integridad. Bajo esta definición, el pueblo son “los todos”;
2. Hoi polloi, “los
muchos”. El inconveniente con esta acepción, según los especialistas, es que se
remite a la pregunta: “¿Cuántos muchos son suficientes para formar un demos?”. Habría que establecerlo cada
vez, y eso no puede ser;
3. Hoi pleiones,
“los más”. En cambio, ésta es una acepción fundamental, porque la democracia se
fundamenta, como se verá, en una regla mayoritaria que deriva de esta acepción;
4. Ochlos,
“la multitud”, una concentración ocasional que, no obstante, puede
“calentarse”. En Atenas, la multitud era importante porque se trababa de una
democracia directa. Pero recobra importancia a medida que la democracia de los
modernos ha ido activando a las masas y se sirve de ellas.
Dejando de lado a los
griegos, el discurso se torna aún más complejo en cuanto el demos se reconvierte en el latino populus, porque los romanos¾y más en la cultura medieval¾ hacen de populus tanto con concepto jurídico como una entidad orgánica. Por
último, sabe recordar un significado que es en parte aristotélico (el demos son “los pobres”) y en parte
marxista (el pueblo es “el proletariado”). Bajo esta óptica, el pueblo es parte
del demos, la más pobre o la más
numerosa.
Como puede apreciarse,
la complejidad de la palabra “democracia” no es poca, pero hoy puede
simplificarse con dos nociones “operativas” de democracia (en el sentido de que
consideran la democracia por su forma de operar). En este contexto encontramos
el principio de mayoría absoluta o bien mayoría relativa. El primero quiere
decir: los más tienen todos los derechos, mientras que los menos, la minoría,
no tiene ningún derecho. En cambio, el principio de mayoría relativa se
concreta así: lo más tienen derecho a mandar, pero en el respeto de los
derechos de la minoría. Por tanto, desde un punto de vista operativo, el demos es una mayoría, y la doctrina es
prácticamente unánime al afirmar que la democracia tiene que inspirarse en el
principio de mayoría limitada o moderada. Si no, vivirá un día y empezará a
morir al día siguiente.
El próximo capítulo
abordará sobre la Titularidad y ejercicio.
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