lunes, 25 de marzo de 2013

UNA DAMA EN LA MADRUGADA


 
El reloj suena a las cinco en punto de la madrugada. Me despierto y los primero cinco minutos del día son dedicados a mi amado Monk, que siempre fiel está al píe de la cama. Le digo lo mucho que lo queremos y lo muy importante que es para nosotros. Él me gruñe y mueve su colita. Yo lo interpreto de manera positiva. A las cinco con veinte de la mañana estoy aseado, cambiando y listo para sacar a Monk al parque. Él,  aun acurrucado al píe de la cama, no se inmuta. Cojo la correa, tomo las bolsas respectivas y digo: ¾«Monk, ¡vamos!» Salta de la cama como una liebre y lo tengo en mis pies en menos de cinco segundos. Coge la correa con su hocico y me apura a salir.

Bajamos las escaleras con suma precaución. Él no para de olfatear cada escalón. Al salir del edificio, Pueblo Libre aun duerme, aun el sol no brilla. No hay gente en la calle. Solo se alcanza a escuchar el rugir de las cúster que pasan recogiendo uno que otro zombi en la Av. Bolivar. Monk, ya suelto, deja salir el líquido retenido por más de once horas. No lo dice, obvio, no puede. Pero si pudiera, quizá se escuchara un rico y satisfactorio ¡Ahhhhhh!

Yo lo haría...

Llegamos al parque y el panorama es distinto. Hay personas adultas y uno otro joven corriendo alrededor del parque. Los más veteranos, en su mayoría mujeres, van a un ritmo lento, cauto; cualquiera a paso normal pudiera rebasarlos. Pero no están en una maratón ni en una competencia, no les interesa saberse ni verse rebasados. Sin embargo, no deja de ser respetable y admirable la concentración que dibujan sus rostros al correr. Ojo, casi todos están con la sudadera o el polo mojado; lo que quiere decir que están ya buen rato ejercitando su cuerpo. Quiere decir pues, que están desde antes de la cinco de la madrugada arriba, ganándole al gallo. Conozco a muchos jóvenes que no superan los 27 años que a esa hora de la madrugada están en la comodidad que les brinda su cama. Ni de a vainas se levantarían a esa hora, y menos a correr.  

Monk me jala por su andar. Olfatea desesperadamente el pasto. Yo con bolsa en mano atento para recoger los desperdicios. Mi celular marca las cinco con treinta minutos. A esa hora, todas las mañanas, del otro lado del parque San Martín sale una señora con su perro; es un Cocker Spaniel de color negro. Sus orejes, clásicos en estos animalitos, llegando casi al suelo. Su pelaje es abundante y un tanto opaco. Es un perro muy gruñón, juro. La señora baja con el animalito con la misma finalidad que la mía. La señora, quien por su aspecto, podría decirse que está en base cinco rosando base seis, es una persona de medina estatura, algo encorvada y de tez clara; viste casi siempre un short negro con una blusa de mangas largas y cuello de tortuga, también de color negro. Aunque los rayos del sol amenazan con, aun son muy débiles. La luz de la luna impera, ella es la que nos dejan ver el rostro de la dueña.

La señora es dueña de un cabello frondoso y de color negro noche. En su cuello figuran grietas; parecen ser el resultado feroz de una vida agitada y turbulenta. Su rostro dibuja cierta frialdad que no merece ser indagada; los arcos de sus ojos, aun pintados, son como dos faroles que despiden una luz vacía, sin vida, sin brillo. Qué pena. Sus labios son delgados y agrietados, quedando en ellos los vestigios de una noche en copas.

Su orejona mascota deja la huella líquida postrada en un árbol. Ha sentenciado en ése tronco que él es el dueño absoluto de esa cuadra, y pobre que otro animal se atreva si quiera a pasar por allí. La señora lo observa con atención. Echa un vistazo alrededor de ella. Nadie se asoma, nadie la mira, nadie la juzga. De su short saca un paquete de color blanco. Cigarros. Se lleva uno a la boca, se lo pone delicadamente en la punta de los labios. Sus manos son grandes y venosas; los dedos son largos también, en sus uñas queda la marca de un color que quizá fue rojo. Se queda un inmóvil por un instante. Fija su mirada en el centro. Nadie aparece para encenderle el cigarrillo, nadie la escolta con su pucho en boca. Saca un encendedor, y prende fuego. Su rostro se ilumina con cada jalada. Su semblante cambia. De pronto se le ve feliz. El estrés que cargan sus hombros desaparece; su rostro dibuja una media sonrisa, igual al de una niña recibiendo un regalo caprichoso. Sus ojos se cargargan de luz. En su mirada se aprecia cierta malicia. Su postura es la de una chica de veinte años. Es una mujer distinta. Ha salido de la sombra. Es una dama en la madrugada. Sigue el andar de su querida mascota. Camina con elegancia, con armonía. Con aire despreocupado, deja huella con cada pisada; como si todos sus problemas si hubiesen esfumado junto el humo envenado del cigarro. Monk me jala, me gruñe, me pide que avance. Yo lo sigo.

Su silueta se pierde entre la penumbra, como se pierden las olas en una tormenta. La señora desaparece de mi vista. Solo queda la estela de humo que va dejando su andar.    



                                                                                                                    Lima, 25 de marzo de 2013.

 

viernes, 22 de marzo de 2013

TODO DEPENDE DEL CRISTAL CON QUE SE MIRE


 

 

Hace unos días me encontré con un amigo en los pasillos de los Juzgados Civiles ubicados en el Edificio Alzamora Valdez, en el Cercado de Lima. Es un colega con quien estudié algunos ciclos en la facultad de leyes. Me dio gusto verlo después de tantos años; lo encontré saludable, risueño y alegre. Me dio gusto, también, saber que él compartiera el mismo entusiasmo que el mío por habernos encontrado de pura casualidad.
Me casé hace cuatro años; mi esposa es diseñadora de interiores; le va bien. Tenemos una hija de tres años; se ha vuelto nuestro mundo¾ Me contó. Cada una de sus palabras las vivía, se notaba en sus ojos; en verdad estaba contento por la familia que tenía. Qué bueno.
Yo también me casé; vamos a cumplir tres años en julio. Tenemos un recién nacido, tiene dos meses y medio. Efectivamente, se vuelven tu mundo ¾Afirmé.
Él tenía una audiencia. Yo tenía que hablar con un juez. Nuestra conversación duró entre ocho a diez minutos. Le pregunté si frecuentaba a la promoción. Me dijo que no. Yo le dije lo mismo. A nivel profesional me dijo que estaba como abogado para una empresa trasnacional, que le iba bien pero que esperaba buscar algo más sólido; que si bien veía temas legales, no litigaba mucho, que era su pasión. Estoy llevando una maestría en la PUCP en derecho Tributario; es muy complicada pero necesaria ¾ Me dijo. Qué bueno, me da gusto por ti; me alegra en verdad que sigas creciendo profesionalmente. Hoy en día ser abogado ya no es suficiente ¾Precisé.
Ayer iniciaron las clases ¾ continuó mi amigo¾. El profesor que  nos ha tocado es bueno. Expuso su Currículo Vitae, y, la verdad me hizo sentir un ignorante. ¿Cómo así? Le pregunté. Tres carreras, cuatro maestrías, una en Nueva York y otra en Londres; dos Doctorados. Y estaba renegando porque le cancelaron la matricula del tercer doctorado. Ilustró mi atemorizado amigo.
Nos estrechamos las manos y nos dimos un abrazo de despedida. Intercambiamos tarjetas. Quedamos en llamarnos para coordinar un encuentro, un café tal vez, y poder conversar largo y tendido. Él entró a su audiencia; yo hice mi cola para hablar con el Juez. No vi más a mí amigo. No nos hemos llamado ni nada por el estilo. Eso de quedar en comunicarse es mera formalidad, un procedimiento vago y sin futuro próximo; como aquellas que hacen las promociones escolares cuando terminan el colegio: “Nos reuniremos todos los meses” “Jugaremos fucho todos los sábados” “No faltaremos al cumple de…” “Nunca nos dejaremos de hablar” Frases de momento. Frases vacías.
Rumbo a la oficina, vine pensado en lo que me dijo mi amigo «Expuso su currículo vitae, y, la verdad me hizo sentir ignorante…» Me dio algo de pena mi amigo. No me dio lastima, no. Pero si pena. Se dejó deslumbrar por alguien que ostenta más cartones en su haber. De que distinguido catedrático tuvo que luchar por cada uno de ellos no se discute. ¡Qué bueno por el tan ilustre profesor! Pero a mí no me hubiese hecho sentir que soy un ignorante, no. Me hubiese hecho sentir motivado y tranquilo. Motivado porque si el profesor tiene tantos méritos en su haber profesional, entonces quiere decir que cualquier persona, con las ganas y el ímpetu de superación, puede tener igual o más cartones profesionales. Y tranquilo porque sé que no me está dando catedra cualquier califa, sino alguien más que experto en la materia. Estaría tranquilo al saber que el dinero invertido en la maestría está siendo justificado con creces.

Sin embargo, todo depende del cristal con que se mire.
 
Lima, 22 de marzo de 2013.
 
 

martes, 19 de marzo de 2013

Un pollito con mis primos...


 
Hoy, 19 de marzo de 2013, quedé en almorzar con mi primo Juano y con mi primo Rubén, dos de los primos más queridos que tengo. Quedamos de vernos en la pollería El Pollón, ubicada en la Av. El Ejército, a tres cuadras de la Av. Salaverry, en San Isidro. La hora pactada: 1.30pm. Así que salí de mi oficina a la 1.10pm. Me fui hasta la Av. Húsares de Junín donde tomé el bus que cruza la Av. Salaverry. El cobrador se encontraba en la puerta.

¾ Flaco. Cincuenta hasta Salaverry, ¿va? El cobrador acepta con un movimiento de cabeza. Al subir me dice:

¾ Ta que…por cincuenta hasta Salaverry, ¿no? Lo dijo en tono desaprobador. Quizá molesto porque le ofrecí pagar la mitad del pasaje, pero es lo que se suele pagar por tan poca distancia. Seguro también pensó que no escucharía su reproche por tener los audífonos puestos. Lo que no sabía es que no escuchaba canción alguna.

¾ Bueno. Si te parece pues. Si no me quieres aceptar los cincuenta hasta Salaverry dime nomás. Me bajo y listo¾ se lo dije en tono increpador. El sujeto se hizo el sordo y contesto:

¾ No. Que está bien, por cincuenta hasta Salaverry¾ y se quedó callado el valiente cobrador.    

Llegué en siete minutos a la Av. Salaverry. Mi celular marcaba la 1.20pm. Esperé por dos o tres minutos el próximo bus que me llevaría hasta mi destino. Mientras tanto me entretuve leyendo el titular del diario Perú21 “JALÓN DE OREJAS” aludiendo a nuestra Alcaldesa. “Susana Villarán sigue pero sin sus regidores”. No pues. No se puede tener todo en la vida. Y barato le salió el chiste. Pudo ser peor.

Al tomar el bus, no me percaté que solo llegaba hasta la Av. Juan Antonio Pezet. Me dejaba a cinco cuadras de mi destino; pero ya había pagado y me tardaría más en bajar y subir a otro bus. Caballero nomás. Le puse playa mi i pod y comencé a disfrutar de mi música. De pronto me vino la imagen de mi bebé, Gabriel. Lo extrañé de inmediato. El bodoquito me ha robado el corazón. Creo que me vino ese sentimiento al ver a un niño de unos tres o cuatro años de edad junto con su mamá. Estaban felices. El niño iba jugando con su mamá, no paraban de reír. Era un cuadro tierno, lleno de amor, de paz, de esperanza. El niño estaba sentado de lado de la ventana. La madre le seguía a su derecha. El bus estaba casi vacío, razón por la que pude ver el gran amor que se tenían uno al otro. Ya quiero que mi bebé esté así de grande para poder jugar y hablar con él; así como lo hace la señora con su pequeño hijo. Pensé.

 El bus ya había pasado la Av. Pershing. Mi celular marcaba la 1. 28pm. Juano, dos minutos antes, me había llamado para preguntar por dónde estaba:

¾ Oe. ¿Dónde estás?

¾ Estoy a cinco minutos. ¿Estás con Rubén?   

¾ No. Qué va ser…Ya estamos acá. Ya pedimos...

¾Ja, ja, ja, ja. Espérenme. Ya llego.

¾Ya. Cabrito.

¾May.

La luz estaba en rojo. El bus no podía avanzar. Veo que el niño amoroso le hace una seña a su mamá. Ésta le dice algo. Por la distancia no logré escuchar lo que le dijo. Tampoco era mi intención. Luego, veo que el niño se para sobre su asiento: mira hacia su ventana, alza la mano con una bolsa de plástico, de esas que se usan para embolsar chifles o papas doradas, y la tira por la ventana. Así. Nada más. Sin mayor pudor ni vergüenza. Voltea hacia la madre y ella le da un gesto aprobador. El niño con un dibujo en el rostro y con la delicadeza de un cirujano, vuelve a tomar asiento. No pasó nada.

El acto se ganó todo mi repudio. Todo lo maravilloso que vi cuando el pequeño juagaba con su madre y ella le devolvía con algarabía la misma conducta, se fue con la bolsa de plástico tirada por la ventana. Cómo es posible que la madre le haya dado la venía a tan inocente criatura para tirar la basura por la venta. Con qué derecho esa señora ensucia nuestra ciudad. A caso le gustaría a la madre amorosa que vaya cualquier sujeto, le toque la puerta de su casa y le tire un papel o una bolsa sucia, como si su casa fuera el basurero municipal. Claro que no. A nadie le gustaría. Lo peor de todo, es que el acto lo realizó un menor, una personita que no tuvo ni la más mínima idea del daño que hizo. Por supuesto que tirar una bolsa de plástico no es un delito per se; obvio que no. Pero ese niño creyó obrar bien ¿Por qué? Bueno, porque se lo indicó su madre.

Qué pena da ser testigo de algo tan feo como es tirar la basura en la calle. Ese niño va a crecer pensando que las calles son el basurero de su vida. Entonces pensará que si su madre lo ilustra y lo empuja a hacerlo, es porque está bien. Por ende no nos puede sorprender que ese niño, el día de mañana, cruce peatones con las luces en rojo.

La madre debió corregir en el acto. Pero no lo hizo. Seguro porque también ella fue criada de esa forma, pensado que Lima es un gran basural. Qué pena me da.


Lo único que me puso de buen humor, fue encontrarme con mis primos.

 

Lima, 19 de marzo de 2013.

lunes, 18 de marzo de 2013

SÍ, GANÓ EL "NO"


 

 

Se dice que la voz de Dios es la voz del pueblo. Buen pues, ayer se escuchó su clamor y sus fieles decidieron darle una nueva oportunidad a la señora Susana Villarán. Esperemos que no la desaproveche.

Ayer todos los ciudadanos nos fuimos a hacer nuestra colita para votar por el SÍ o por el NO. Fue ¾como siempre¾ un desmadre total. Llegué a las nueve de la mañana a la Universidad Alas Peruanas que se encuentra en la Av. Pedro Ruiz Gallo, en Pueblo Libre. No había cola para ingresar al local, lo cual me puso de buen ánimo. Confirmé mi mesa y me dirigí al aula correspondiente (aula 418, cuarto piso). Llegué y vi a dos responsables ciudadanos haciendo su cola. Genial, seré el tercero en votar.   

 ¾ Oiga. Respete la cola pues…¾ me dijo una voz fuerte y ronca, casi marcial.

Al voltear me encontré con un señor ya entrado en años, alto, de espalda y hombros anchos y rostro duro como una piedra; feo el tipo.

¾ Disculpe. No lo vi ¾ le digo en tono condescendiente; acto seguido le dibujo una media reverencia y dejé que pase ¾, no fue mi intención tomar su lugar ¾ proseguí. El señor me plantó una mirada recia y arrugo la nariz, así como cuando se te juntas moscos en la nariz, así la arrugó.

¾No haga hígado, caballero. No es saludable¾ terminé de decirle esperando una respuesta majadera por parte del feo tipo. No tuve éxito. Solo me brindó su espalda de luchador retirado.

Ya en al dulce espera, la cola no avanzaba. En nuestra mesa estaban todos los miembros de mesa. Había llegado tarde el presidente y por eso recién firmaba cada planillón. Qué joda. Luego de firmar cada uno de los planillones, debíamos esperar a un encargado del Jurado Nacional de Elecciones a fin de que diera su visto bueno y poder así iniciar las votaciones. Sin embargo el robusto señor (del JNE) andaba en otras aulas supervisando que todo vaya con arreglo a ley. Mientras esperábamos, los ánimos de otras mesas comenzaban a caldearse. La gente estaba desde las siete y media de la mañana haciendo fila para votar e irse temprano a casita; pero nunca faltan los irresponsables, y menos en nuestro querido Perú. La mesa a la que hago referencia comenzó a pifiar a los miembros de mesa: Ya pe´, a las ocho de la mañana es pues. ¿Qué pasa? Otros le seguían el eco a la protesta. La mayoría de ésa mesa eran persona de notoria avanzada edad. Pobres en verdad. Cuando salí de votar, ellos aun ni comenzaban.

Ir a cumplir con el deber cívico es de cierta forma, y un tanto caprichosa, bonito. Y es que en estas ocasiones todos somos opinólogos; es cierto. A veces con fundamento y a veces sin él, pero a todos nos gusta dar nuestro parecer, nuestro punto de vista. El tipo feo que estaba delante de mí comenzó a carajear cuando el señor del JNE no llegaba a dar su visto bueno: «Carajo. Pa´ eso lo hacen a uno venir temprano. A caso es mucha ciencia esa cojudez, ¿ah? Por las huevas nos hacen venir. Por las huevas convocan esta consulta disque popular. Por las huevas, carajo» Espetó el furibundo señor. Yo trataba de mantener la calma. Es verdad que me molestaba estar esperando el visto bueno del JNE para dar mi voto, pero más me irritaba escuchar el quejoso señor. Tenía ganas de callarlo; de decirle unas cuentas verdades. Pero no valía la pena. De cierta forma, tenía razón. Luego llegó el señor del JNE, sujeto bajo de estatura, con aspecto descuidado, del cual saltaba a la vista su panza chelera; ni el chaleco rojo lo ayudaba. Al pasar por nuestro lado, el furibundo vecino le dijo en tono hostil:

¾ Ya era hora pues señor. Llevamos rato acá, caramba.

¾ Señor¾  le dijo el señor del JNE¾, no es la única mesa que debo atender. Paciencia por favor. Su tono fue amable y cortes. Entró rápidamente al aula.

¾ Paciencia. Paciencia… Paciencia que la tenga tu abuela. Idiotón¾ le mandó el feo tipo. Pero fue en vano. No lo oyó.  

Al terminar mi voto, me dirigí a las escalaras. Al bajar, las personas subían. Entre ellas muchas persona muy viejitas, otras, además de viejitas, estaban con un sobrepeso descomunal. Y otras, las más perjudicadas, eras discapacitados. Qué horror. Pobre gente. Cómo los hacen venir a votar en esas condiciones, más aún cuando las instalaciones ¾de cualquier recinto que se elija para votar¾ no cuentan con las condiciones que la ley les exige. Es una verdadera pena que una fiesta democrática como la que tuvimos ayer, sea un verdadero calvario para otras. Es una vergüenza que en pleno siglo XXI seamos testigos fieles de un proceso cívico propio del siglo XVIII.

 

En casa, tomando el café de las cuatro de la tarde, y en compañía de mi fiel Monk, llegó el Flash Informativo. Lo de esperarse, ganó el NO. Pese a que voté por ésa opción, mi corazón, muy en su fondo, esperaba que ganase el SI. Luego de saber los resultados que la señora Delta dio, Aldo Mariátegui, en presencia de Lourdes Flores Nano, dijo que ganó Favre. Y es verdad. Aunque su compañero Nicolás Luca lo llamó picón. Pero es verdad. No por nada fue contratado por Susana Villarán. Eso demuestra que no hubo una mala contratación. Que al igual que el Presidente Humala, Favre le dio la victoria.

Hoy ganó Lima…¾ dijo una muy contenta Susana Villarán. Frase robada del actual Presidente de México, el señor Enrique Peña Nieto. Obviamente se trata de una frase política. Una frase que enaltece “humildemente” la campaña por el NO. Supongo que ahora la señora Villarán se pondrá las pilas y cumplirá para lo que ha sido elegida y ratificada. De que se ha llevado un buen susto, ni dudarlo. Ahora ya saben y están advertidos los futuros alcaldes de Lima: Acá. Nosotros, no nos andamos con tonterías. O trabajas o te revocamos. El mensaje está dado.

Pero ojo. No nos confundamos ni traten de confundirnos. El NO ganó por una simple razón; bueno dos. La primera es porque la gente no quería volver a las urnas en los próximos meses (tiro que salió por la culata porque ahora tendremos que ir por los regidores). Dentro de la primera razón también se encuentra el tener que gastar más de cinco millones de soles para elegir a un nuevo alcalde, según. También porque tendríamos cuatro alcaldes en dos años; porque Lima de quedaría “paralizada”; y porque nadie se atrevería a reformar el transporte. La segunda razón la dejamos para otro comentario (el audio a Luis Castañeda L). La gente que votó por el NO, votó por la idea que Favre y su grupito vendió. Sin embargo, el NO, no ganó porque los vecinos de Lima, en su mayoría, estén a favor de su gestión. Por supuesto que no. Es más, no hay ninguna encuesta que diga que la gente, antes de ratificarla, votaría por el NO porque está contento con la gestión de la señora Villarán. Y eso algo que no se debe olvidar. Ha ganado Susana Villarán porque ha sido en mal menor. Cruel, pero cierto.

Por el bien de Lima, esperemos que nuestra alcaldesa haya aprendido la lección:
 
¡A Lima se la respeta!

 

 

Lima, 18 de marzo de 20123.  

 

jueves, 14 de marzo de 2013

No a la mentira...


Cierto es que voy a votar por el NO. Y eso no quiere decir que este a favor de la mediocre gestión de nuestra Burgomaestre, doña Susana Villarán.

Hoy la escuché en un noticiero matutino argumentando tenazmente que Lima no puede ni debe parar; que si la comuna limeña vota por el “SI” Lima se quedará paralizada, que nuestros hijos no podrán recrearse ni jugar ni pasear por lo parques. Dijo además  que va a respetar los resultados de la votación “Yo voy a aceptar como una demócrata los resultados”, afirmó. No entiendo. Meses atrás dijo que la figura de la Revocatoria era inconstitucional y antidemocrática, pero ahora dice que como democrática que es, respetará la decisión popular.  ¿O sea?  

Como vecino limeño no estoy conforme con la gestión de nuestra alcaldesa y de su partido, pero votaré a su favor por una sencilla razón: por el alto costo que tendrá. Nada más. Pero me revienta hasta el tuétano que NOS quieran ver la cara de imbéciles, que nos quieran engañar como si fuésemos unos estúpidos caídos del catre. Y lo peor de todo, es que hay gente que se lo cree. Oh sí, todito.

Es mentira que si votamos por el “SI” Lima se va a detener, que va a gobernar en caos; es falso que si gana el “SI” nuestros hijos dejarán de recrearse. A caso, pregunto yo, Si gana el “SI” ¿dejaremos de ir a trabajar? De ganar el “Si”  ¿Lima de tornará tierra de nadie? Si gana el “SI” ¿Dejaré de pasear a mi perro por el parque?

Es obvio que las respuestas son negativas. Gane quien gane igualito nos tendremos que levantar e ir a trabajar a ganarnos la papa. Sin embargo a la Sra. Villarán y su grupito cómo les gusta vender la idea del caos y el desorden. Peor aún, hay quienes le compran su oferta. Tarados.

Reflexiono y digo, cuando el expresidente Alberto Fujimori renunció a la presidencia a través de un fax (Y ojo, la renuncia no fue aceptada por el Congreso de la República, razón por la cual el Parlamento decidió restituirlo, que es distinto), y se nombró al Dr. Valentín Paniagua como Presidente Transitorio, ¿el Perú se vino abajo? ¿Al Perú lo gobernó el desorden y el caos? No. Para nada.

En aquel entonces la única función del Dr. Paniagua, además de representar al Perú, era convocar a nuevas elecciones presidenciales, las cuales como sabemos, ganó Toledo. Pues bien, eso mismo pasaría si la alcaldesa de Lima sale revocada. Se nombra a un Alcalde interino, transitorio, temporal, como quieran llamarlo, y se convoca a nuevas elecciones.

Entonces, porqué carajos quieren vernos las caras de bueyes haciéndonos creer los del “NO” y su hinchada, que si ganan los del “SI”, arderemos en el infierno y comeremos de la mano de Lucifer. Un poco más de respeto Sra. Villarán. No insulte la inteligencia del pueblo.

Votaré por el “NO” por principios personales, más no así por la supuesta “exitosa, transparente y honesta” gestión municipal de la señora Villarán. Pero por favor, no fomente el caso y la desolación. No se presente a esas cojudeces que le dice al oído el Sr. Luis Favre. Sea original.

Es curioso, luego son ustedes los que dicen que los del "SI" fomentan el desorden.

¡JA! El burro habla de orejas.

lunes, 11 de marzo de 2013

Un burro lenguaraz


En lo personal, ni me va ni me viene el Sr. Marco Tulio Gutiérrez, rostro visible del SÍ. Hace unos días atrás dijo que las “damas siempre dicen que no, pero terminan diciendo que sí…” ¡Y oh maldición! Ahora es el hijo de Satanás, El Enviado del mal. Por esa frase, desatinada por supuesto, ha sido tildado como pro violador, un truhan sin escrúpulos ni sentimientos. Hombre que promueve y profana el maltrato hacia la mujer.

Como dije al inicio, ni me va ni me viene, pero considero que se ha exagerado con su frase, o al menos se ha exagerado con él. A título personal no considero que, por dicha frase, sea el mesías de los ultrajadores ni el Barrabás del siglo XXI. Digo, al menos cuando oí esa desatinada frase no me dieron ganas, en lo absoluto, de ir a golpear a mi esposa, y menos aún de profanarla de manera aberrante y descabellada, como así lo han sugeridos los traductores oficiales del representante del SÍ.  Lo que considero, es que es un burro. Eso sí. Y es que a quién se le ocurre exclamar dicha frase en pleno proceso electoral. Bueno, sólo a un burro lenguaraz.

 Pero nuestra política, nuestra muy querida y venida a menos política, todo lo malinterpreta, lo corrige y exagera. De ello ya estamos acostumbrados. Hay quienes en su Facebook lo han lapidado, llamándolo de la A a la Z; y claro, la frase, como repito, fue desatinada mas no malintencionada. Hay quienes pusieron “ahora sí, con más ganas voto por el NO” Lo cual hace presumir la poca voluntad y decisión electoral que tienen algunas personas, es decir: votan por una opción (NO) sólo porque se sienten incomodos o incomodas por lo dicho por quien busca la revocatoria de la señora Susana Villarán, más no así por convicción. Sin embargo, cuando nuestra burgomaestre dijo que se estaba haciendo la reforma del tránsito para que las mujeres de SJL llegaran a tiempo a lavar la ropa a los hacendados en la Molina, ¿acaso quiso denigrar a la mujer sanjuanina? Por supuesto que no. Al igual que el Sr. Gutiérrez, se equivocó grosamente. Pero el hecho de que haya disparado tremenda oración nuestra Alcaldesa, no hizo que mi persona se sintiera con ganas de contratar a una mujer de SJL para que lave mi ropa. No. Ni me ha hecho pensar que la Sra. Susana Villarán es una opresora de su propio género, ni nada por el estilo. Simplemente se equivocó.  

Desafortunadamente, y es la verdad, vivimos, todos, pendiente de lo que dice o hace el otro. No somos felices si no lo hacemos. Nos gusta el morbo, la porquería. Y es verdad. No defiendo a Marco Tulio, pero me parece aberrante que por una frase, desatinada en un proceso electoral, pueda convertir a un sujeto en un Hannnibal Lecter, en alguien que invita a violar y golpear a las mujeres. Interpretación verdaderamente estúpida. Deberíamos concentrarnos más en los motivos que ha originado este pedido de Revocatoria; debemos enfocarnos más en escuchar a sus representantes y que éstos se defiendan sin artimañas, ni trampas de las razones del  porqué de un lado de pide el SI y porqué del otro se pide el NO.