En lo personal, ni me va
ni me viene el Sr. Marco Tulio Gutiérrez, rostro visible del SÍ. Hace unos días
atrás dijo que las “damas siempre dicen
que no, pero terminan diciendo que sí…” ¡Y oh maldición! Ahora es el hijo de
Satanás, El Enviado del mal. Por esa frase,
desatinada por supuesto, ha sido tildado como pro violador, un truhan sin escrúpulos ni sentimientos. Hombre que promueve
y profana el maltrato hacia la mujer.
Como dije al inicio, ni
me va ni me viene, pero considero que se ha exagerado con su frase, o al menos
se ha exagerado con él. A título personal no considero que, por dicha frase,
sea el mesías de los ultrajadores ni el Barrabás del siglo XXI. Digo, al menos cuando
oí esa desatinada frase no me dieron ganas, en lo absoluto, de ir a golpear a
mi esposa, y menos aún de profanarla de manera aberrante y descabellada, como
así lo han sugeridos los traductores oficiales del representante del SÍ. Lo que considero, es que es un burro. Eso sí.
Y es que a quién se le ocurre exclamar dicha frase en pleno proceso electoral.
Bueno, sólo a un burro lenguaraz.
Desafortunadamente, y
es la verdad, vivimos, todos, pendiente de lo que dice o hace el otro. No somos
felices si no lo hacemos. Nos gusta el morbo, la porquería. Y es verdad. No
defiendo a Marco Tulio, pero me parece aberrante que por una frase, desatinada
en un proceso electoral, pueda convertir a un sujeto en un Hannnibal Lecter, en alguien que invita a violar y golpear a las
mujeres. Interpretación verdaderamente estúpida. Deberíamos concentrarnos más
en los motivos que ha originado este pedido de Revocatoria; debemos enfocarnos
más en escuchar a sus representantes y que éstos se defiendan sin artimañas, ni
trampas de las razones del porqué de un
lado de pide el SI y porqué del otro se pide el NO.
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