Es
duro, más que difícil, decirle adiós a alguien que quieres; eso me
pasó a mí cuando me despedí de mi primo, sí, ese, el de los tatuajes con look ´caushha´ con pantalones holgados,
usándolos siempre debajo de las nalgas, con un swing peculiar siempre al andar, como rapero, como si tuviese
lesionada la rodilla, o hubiese tenido una mala experiencia sexual en su corta
pero educativa estancia en Maranguita, sí, ese de panza prominente, de barbita
incipiente, quizá ridícula pero carismática, siempre con las cejas –unicejas,
el webas- con dedicación prolija para verse bien, o, según yo, menos mal, aquél
que toda expresión verbal y física es acompañada de miradas y
gestos obscenos, casi lascivos. Se va mi primo a tierras de
nuestros antepasados, ¿a probar suerte? No. Se va a lucharla, a rajarse la
espalda como lo hacen todos aquellos que salen de la matriz por algo mejor. Duele, cierto, pero así es la vida. Nos dijo
que volverá, yo ya lo espero sin haberse marchado. Estaremos en contacto, le dije. Y es cierto, el Internet te
impide crear excusas para no saber o escribirte con otra persona, pero no será
lo mismo. Aun así sé, y lo creo con firmeza, que la joda entre nosotros, esa
joda tan característica de los primos Cavallini, o al menos la de nuestra
generación, seguirán latentes, de eso me encargo yo, y quizá el culón, también,
carajo. El día que me despedí de ti, en la casa de San Miguel, nos abrazamos y
nos besamos la mejilla como siempre lo hemos hecho, pero sentí algo raro, algo
diferente, algo que no supe, en ese momento, qué era y por qué, pero la
sensación fue nostálgica, y aunque la expresión fue de lo más cariñosa, hubo un
relámpago de frío invernal que recorrió mi espalda en el instante que nos
alejamos. Luego, a solas, reflexionando, supe qué paso. Y es que ese día
–miércoles 09.10.13- no me despedí de un primo, tampoco de un amigo; me
despedía de uno de mis hermanos (el más feo de todos, claro). Comprendí
entonces cuánto es que me entristece saber que no te tendremos cerca, que habrá
un gran vacío en las futuras reuniones de primos. Si las hay. Pero sé, como
todos, que no es un adiós,
sino un HASTA LUEGO. También aprovecho la oportunidad para desearte todo lo
mejor, que no tengas suerte -ya que
la suerte es para aquellos que no
luchan por lo que quieres pero, de una forma un tanto caprichosa, y
desmerecida, claro es, obtienen lo que buscan- sino que tengas muchos éxitos,
que sea lo que sea que te hayas trazado, lo logres a punta de sudor y esfuerzo,
de lucha constante, dedicación y mucho respeto. Sé de antemano que así será,
pues acá lo demostraste. Y callaste la boca de aquellos que no daban un real
por ti. Bien carajo, bien. Juano, Pancho,
Chato, Mara, Causha, Cobrizo, Pincho Muerto, Perfil Griego, Chorimedias, Rata,
Primo, Hermano, Broder, El Maldito de
Renovación, etcéteras, TE VOY A
EXTRAÑAR COMO LA PUTA MADRE.
TE QUIERO, MÁS DE QUE LO QUE TÚ
PIENSAS, Y MÁS DE LO QUE YO CREÍA, Y AHORA QUE TE VAS, ASÍ HA QUEDADO
DEMOSTRADO.
PDT: Dale un fuerte abrazo a ella, a la hermana de mi mamá, que es mi tía, y que la quiero mucho, dile cuánto es que me hace falta, y que, al igual que todos, espero su pronto retorno.
Con
el mismo cariño de siempre, el más chulapi de todos.
Lima,
11 de octubre de 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario