Ayer -07 de noviembre-
fui nuevamente testigo, por tercera vez, de la magia que radia Luis Miguel en
cada uno de sus conciertos. No es sorpresa para quienes me conocen, la
admiración que siento hacia el ‘EL SOL’ de México. He seguido su carrera desde
que tengo seis años de edad, y así será hasta que se me permita. Juro. Mucho se
dice y se teje alrededor de LM: que si es un presumido, déspota, engreído,
malcriado, egocéntrico, etcéteras; cosas que, a uno como admirador, no le
interesan. Pues lo único que importa es que siga cantando como lo viene haciendo
desde hace más de 33 años. Y de hecho, ayer por la noche, demostró porqué es
considerado el ‘REY’ de la música latina. Por supuesto que habrá detractores
que, así, no lo consideren, no todo es simple. En lo personal, y como lo suelo
transmitir, decir que LM es el “mejor cantante de habla hispana”, quizá, y sólo
ello, sea exagerar. Por ello prefiero decir que: ‘hay buenos cantantes, y está
Luis Miguel’. Sin embargo, para que tenga validez lo afirmado, tendrían que
escucharlo cantar en vivo, o de perdida escuchar sus discos en concierto. ¡Háganlo,
no se arrepentirán! Como hice de masivo conocimiento en la red social, será (y fue) un concierto donde no habrá juego de luces
o bailarines brincando de un lado al otro tratando de llenar el vacío que deja
la sobrevaluada calidad interpretativa de ciertos cantantes de moda. ¿Ejemplos?
bueno, si damos ‘un pacito pá lante, y
un pacito pa tras’, nos daremos
cuenta. Y en efecto, LM no necesita nada de ello, pues su talento, su show, es su VOZ, la cual permite no sólo
gozar la calidad y fuerza de su canto, sino también, el poder creer que hay
algo más allá de este mundo, pues haciendo mías las palabras del señor
Francisco Céspedes –compositor de ‘Pensar en ti’, y ‘Nada es igual’-, «Luis
Miguel tiene contacto con algo del
más allá. Esa voz no es normal». Empero, qué valor tendrían mis palabras
respecto de LM, pues soy un seguidor que quizá escriba, aún, bajo el éxtasis y
secuelas de una noche inolvidable. Siendo ello así, perdería credibilidad lo expuesto
hasta ahora. Pero tengo un punto a mi favor. Mi esposa, que no es seguidora de
LM, que no tiene un Cd de LM, que no escucha por gusto propio a LM, quedó
fascinada, por segunda vez, por la voz cautivadora -cual encantador de
serpientes, o flautista de Hamelín- de
Micky. No siendo, entonces, fan, se puso a corear y a bailar las canciones que
LM pulía en cada interpretación, gritaba y movía sus brazos al son de la melodía
de turno. ¡Me ganó! ‘Amor, canta igual
que en sus discos’, me dijo con luz en su mirar. Y es cierto. No exageraba.
Pocos cantantes, CANTANTES, tiene el don
de cantar tal cual se les escucha en sus discos. Por ello, LM, es mi cantante
favorito por excelencia. Pues no te llevas una desagradable sorpresa al
escucharlo con otro timbre de voz distinto al que te ofrecen ciertos cantantes,
cuya voz manipulada por la consola de reciente tecnología te hacen creer algo
que no es, algo que no tiene, algo con lo que sólo se nace, TALENTO. Por supuesto
que no todo fue perfecto, ya que todo lo que inicia, tiene que terminar.
Hubieron canciones, hits, que
quedaron excluidos del repertorio ofrecido en suelo limeño; bueno, no se
puede tener todo, tampoco. Tratar de reducir en un ahora cuarenta y cinco
minutos más 33 años de vida artística, más de veinticuatro discos, es una tarea
que, además de ardua, necesariamente tiene que sacrificar algunos temas, tales
como Amarte es un placer, Dormir contigo,
Contigo a la distancia, Por debajo de la mesa, Fiebre de Amor, Será que no me amas,
Uno, Mañana de Carnaval, Usted, Reloj, Júrame, La última noche, Volver, Amor
amor amor, entre otras. Claro, siendo uno seguir de LM, qué más quisiera
que sus intervenciones, sus conciertos o presentaciones durasen tres, cuatro, o
cinco horas. Sencillamente, no se puede. De momento cabe precisar que LM llenó
las expectativas una vez más de todos sus seguidores, que cantó y encantó a
propios y extraños (mi esposa, por ejemplo), y demostró que pese a la mala fama de engreído que gratuitamente
le han endosado –debido que no habla con la prensa de su vida íntima, ni
corrige o aclara rumores- por ser reservado, es un artista que no se guarda
nada, que se entrega al público desde el primer instante que pisa en escenario.
Y eso es lo que cuenta. He de confesar, y con ello me despido, que fue una
noche especial, una velada mágica, en la que pude disfrutar una vez más de mi
artista favorito; que canté (que atrevido de mi parte por cierto) las canciones
con las que crecí, pero sobretodo, y lo más importante, que pude disfrutar de
lo que más me gusta, al lado de la persona que más amo, mi esposa.
¡Cómo dice!
Lima,
08 de noviembre de 2013.
Wow! Que maravilloso articulo, por un momento pense que yo era la persona que escribia.. Felicitaciones! Que sigan los exitos del maestro Luis Miguel.
ResponderEliminarGracias por tu precisión.
EliminarEspero que me sigas leyendo.
Un fuerte abrazo.