Este programa se
presenta como el espectáculo televisivo que toda familia debe ver y que nadie puede perderse. Mi esposa y yo lo hemos
seguido desde el primer día. Nos gustó. Pese a no tener gustos similares, mi
consorte concluye conmigo al señalar que uno de los jurados –coaches– está ahí porque algún peruano, en
este caso en particular, peruana, debe estar allí; y así evitar comentarios
como los que se suelen escuchar: que siempre se prefiere al extranjero. En fin.
Las selecciones a ciegas han
concluido; grandes talentos quedaron fuera, algunos se arriesgaros a cantar en inglés y la pegaron, otros, no. Hubo
quienes desde el inicio presumieron la enorme voz que tienen para el canto
dejando de lado el sentimiento al interpretar, no pasaron. Hubo quienes con una
voz educada, rítmica y con mucho sentimiento, se ganaron la simpatía de los coaches. Los coaches no se quedaron dormidos y cuando tuvieron que ser severos con
los ponentes, lo fueron. Siendo, en ese sentido, el Puma quien más frío y serio fue al momento de jalarles las orejas a
los postulantes. Sin embargo da gusto escuchar cuando Kalimba, Jerry Rivera, el
Puma, y hasta cierto grado Eva
Ayllón, dan consejos a sus aspirantes a discípulos; pues son cantantes con una
trayectoria digna de respetar, quizá no tengan la gran voz, como es el caso de
la fémina del grupo, pero el hecho de ser una de nuestras mejores ponentes de
la música criolla, la hace digna de escuchar, por lo menos. Caso contrario
sucedía cuando escuchabas las peroratas técnicas de Maricarmen Marín, Fernando
Armas, y Ricardo Morán, en YO SOY; quienes
presumiendo conocimientos musicales y
vocales, se atrevían deliberadamente
a cuestionar la calidad interpretativa de cada uno de los imitadores, ¡Válgame!
Pero bueno, al menos con los coaches de
La Voz Perú, la cosa cambia. Salvo
por su presentador Cristian Rivero, quien a juzgar de este humilde escriba,
tiene la gracia y la simpatía de un caracol resfriado. Han desfilado varias y
varios candidatos; unos mejores que otros y otros peores que unos. Lo bueno es
que hubo un filtro previo, por tanto, sólo pisaron el podio aquellos que
pasaron el primer filtro, ello le da más seriedad al concurso, pues evita que
se presente uno que otro desubicado y haga cualquier estupidez en el escenario,
como aquellos que teniendo una melodiosa voz tratan de cantar canciones con la
fuerza y potencia con la que cantaba Nino Bravo o con la que canta Luis Miguel.
¡Pobres diablillos sinvergüenzas¡ Pero…hubo algo que me ha dejado un terrible: ¿Diego Dibós, Anna María Copello, Raúl Romero y Cecilia Bracamonte,
como peritos auxiliares de los coaches?
Pensé que era una broma –muy mala broma, por cierto- pero no, no lo era, no, no lo
es. No me explico qué rayos hacen los nombrados dando lineamientos a los
participantes, los cuales, sin tener la trayectoria profesional de los peritos
citados, tienen mucho más voz y calidad interpretativa. Quizá, y esto es, quien
merece estar dirigiendo a la par con la coach
Eva Ayllón es la señora Bracamonte, quien tranquilamente también pudiese estar
ocupando un sillón rojo. Pero Copello, Romero y Dibós, sí que sobran, y con
roche. No es que tenga algo personal contra dichas personas, ni nada que se le
parezca, pero es demasiado conchudo
que ellos den “clases” de “cómo”
cantar; por ejemplo: Dibós participó en un concurso de canto en UUEE., y no
ganó. Tendrá experiencia, tal vez, pero para ello está el determinado coach, que, en base a su propia y amplia
experiencia, le dirá cómo debe cantar y manejarse en el escenario. De otro lado
está la señorita Copello…honestamente, no sé qué decir de ella. De último está
el señor Romero: bueno, acá la cosa cambia, algo. El señor Romero como cantante
ha demostrado ser un pésimo anfitrión de programa; así es, tiene años en la
televisión peruana animando programas concursos que en su momento, y ahora más
lejanos que nuestra participación al Mundial 2014, o cualquier otro Mundial,
causaron tibia sensación. Sin embargo culpa de ellos no es. A los auxiliares
les cursaron invitación para formar parte de La
Voz Perú, y bueno, quién se negaría a estar alado de figuras tan
importantes y emblemáticas como el caso del señor José Luis Rodríguez el Puma, Kalimba y Jerry Rivera. Que los
peritos sean malos no los hace tontos. La culpa, para mí, por supuesto, la tiene
el Productor del programa, ajá, el señor Morán. Pues es más que obvio que los
puso allí porque son amigos, chocheras, broders,
y porque de seguro no había a quien más invitar. Digo, podría haberse invitado
a Gian Marco o al tener Juan Diego Flórez, ¿no?, pero el presupuesto no nada
para tanto. ¡Qué pena! Lo bueno es que los participantes se presentan de manera
individual, imagínense pues si se presentara un grupo, quiénes serían los
socorristas auxiliares de los coaches,
¿Adammo? ¿Libido? ¡Dios nos libre! Por esta razón, por esta simple y sencilla
razón -además del conductor-, para mí, el programa ha perdido calidad. No digo que no sea bueno, pues
en verdad uno puede apreciar el talento perdido o que se anda escondiendo tras
una garganta. Y es que hay casos como el del señor Centeno, moreno de mediana
edad, con modestia galanura, pero con una hermosa voz que a uno lo hace
preguntarse con fervor malestar ¡¿Dónde rayos estabas metido?! Es verdad, canta
precioso; desafortunadamente no ganó el duelo que le correspondía, pero ahora
ya todos sabemos que hay una hermosa voz que canta de manera magistral cuyo portador
es un moreno de cabeza calva y que obedece al nombre de Oscar. Oscar Centeno (Búsquenlo
en youtube, no se arrepentirán)
Esperemos que, salvo los auxiliares de
los coaches, La Voz Perú nos siga dando sorpresas, porque si algo ha demostrado
este programa, es que en el Perú hay buenos cantantes, sólo hay que
escucharlos.
Lima,
04 de noviembre de 2013
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